La noche es ese momento en el que recaemos ante el dilema de dormir para poder soñar un poco o seguir soñando despiertos , la vista desde aquí nos hace sentir como en un bosque encantado , y ya estamos encantados , no sabemos como romper el hechizo , caminamos confundidos , las habilidades cultivadas durante años parecen ser inútiles , pero es una sensación hermosa y adictiva , el hecho de ser parte de este mágico lugar como es natural libera nuestro instinto y atrofia el sentido común , Tobi ya no esta seguro si fue una buena idea haber acompañado al Cuervo , si debió haber salido de casa para tomar ese bus nauseabundo , pero no puede ser tan malo después de todo , como podría ser algo malo ese cielo azul oscuro que nos va disparando chorros de agua temperada , como podrían ser algo malo esas luces de candelabro ante sus ojos , ese puente colgante de 90 metros que el Cuervo no quiere cruzar y no por falta de agallas , sino por que sus sandalias le quitan el equilibrio .Va ¡¡¡ buitre cobarde lo acusa Tobi y se dispone a cruzar , total este sería un magnifico lugar para desplomarse y
pegarse un buen susto , más no dio ni 3 pasos cuando el cielo se torna más oscuro y nos hace testigos de un show dantesco de truenos y relámpagos , de lluvia acelerada y miradas aprensivas , por lo tanto están de acuerdo en esconderse en su hogar temporal , por fin coinciden en algo y miran por la ventana como se van inundando levemente las calles y avenidas del distrito , el sonido de las gotas suicidas que se van estrellando de manera trágica sobre el techo de calaminas gastadas es el somnífero perfecto y quedan muertos hasta la mañana siguiente.
Dicen algunos lugareños que lo bonito de la selva es que después de lanzarnos una lluvia arrebatada , nos premia con un brillante y cálido sol , así empieza nuestro día desayunamos lo que es a nuestros ojos una rara variación del caldo de gallina , le pusieron arroz , yucas y plátano , lo observamos y sin pensar mucho procedemos a dejar vacío el plato con la ayuda de nuestro fiel rocoto molido.
Llega la hora de trabajar y nos ponemos en marcha , hay que resucitar algunas sartenes , reconocer
los insumos locales , extrañar nuestro fresco y jugoso apio , y cogerle afición al sachaculantro ,
Aprendimos rápidamente a majar y servir tacachos al estilo local , es agradable llevarse algo de cada lugar , una lección por cada destino que pisamos , una idea nueva , un poema que se va macerando en la cocina al final de cada día .
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